A veces pienso….
Vamos tan rápido por la vida y la sociedad de hoy nos pide en cierto modo tal eficiencia y rapidez de respuesta, que a veces me viene a la cabeza el pensamiento de «cuantas cosas debemos de dejar pasar yendo a las velocidades que vamos».
Estoy segura que hay mil detalles, personas, situaciones y experiencias que no dejamos que sucedan porque siempre esta todo programado, organizado y atado al dedillo para alcanzar la eficiencia perfecta. Esto al menos me ocurre a mi los días de diario; hasta que el Miércoles vísperas de semana santa cogí mi cámara y decidí darme un paseo y perderme por los olivos y las viñas que bordean al sencillo y encantador pueblo de Ribera.
Saliendo de finca villa Juan a la izquierda, siendo prácticamente arrastrada en una mano por las ansias de Lucas (mascota de finca villa juan) por querer oler cada aroma innovador que siempre se encuentra en sus largos paseos y con la cámara cargada y preparada en la otra, salimos a hacer fotos para el blog.
Es un paseo muy agradable que para los que no estamos acostumbrados diariamente a tanta naturaleza y tanto entorno rural de repente puede llegar a sorprendernos las cosas más pequeñas.
Aquí tenemos una foto en blanco y negro del pueblito de ribera desde un ángulo cualquiera, me hace gracia porque la España tan desarrollada como ven en países como áfrica, Asia, Latinoamérica desde la distancia, en realidad si conocieran los pueblitos perdidos de España verían que tampoco distan tanto de un pueblito en México, un pueblito en Camboya…. por supuesto damos por hecho que la electricidad y las calles asfaltadas están pero a mi por ejemplo muchas zonas de ribera me trasladan de un golpe a pueblitos perdidos del Perú.
En ribera también hay zonas sin asfaltar que se tornan sencillas y humildes y le dan un tremendo encanto.
Si seguimos caminando ligeramente hacia arriba y ya terminando la parte asfaltada comenzamos un caminito de arena en el que automáticamente ya aparecen viñedos y olivares interminables que se pierden en el horizonte.
Se puede ver la intensa fertilidad de las tierras y como una pisada en ellas te hundes hasta los tobillos.
De repente, si jugamos con la óptica y nos aventuramos de la nada en esta imagen puede parecer que estamos en esos campos áridos africanos y que tenemos un árbol baobab sin hojas en primer plano. Cielo azul y viña que se extiende kilómetros es lo que encontramos a las afueras de los pueblos en Tierra de Barros.
No es un exceso de naturaleza el que te vas encontrando pero si puedes regalarle a la vista el fijarte en los pequeños detalles como los juegos de sombras de naves antiguas como esta, junto con las rocas oxidadas, un fondo pleno de viña y un cuadro sencillo pero a la vez con bastante contenido como es esta foto.
Un camino de asfalto invadido de pequeños pinos a los lados con estas tonalidades en sus hojas te llevan al cementerio del pueblo.
En los mismos pinos encuentras estas pequeñas hojas-flores salientes que te pueden recordar a unos cactus en mitad del desierto de Arizona en Estados Unidos, una curiosa perspectiva.
Y levantando la vista y lanzándola al horizonte vemos el camino que pasa por el cementerio con un precioso portón y una magnifica vista de Hornachos y su sierra al fondo. Es un camino largo pero se puede perfectamente llegar andando a Hornachos, sólo que cierto alma aventurera para hacer 20 km andando entre campo hay que tener.
Así que os esperamos paseando por Ribera y apreciando las cosas más sencillas!
Y aquí os paso el link con fotos en pinterest del pueblo de Ribera del Fresno:
https://www.pinterest.com/fincavillajuan/ribera-del-fresno/